domingo, 10 de marzo de 2013

LAS DOS CARAS DE UNA MONEDA ( O DE UNA BOMBA)



En el artículo de hoy trataremos de recordar uno de los eventos que dejan entrever los entresijos de la naturaleza humana, como los mismos hombres que luchan juntos en el mismo bando de la guerra pueden tener actitudes tan diferentes.

Os pondremos en situación, 1914 en medio de la I Guerra Mundial. Una guerra como cualquier otra, carente de sentido humano, de coherencia, amor y humanidad. Centenares de miles de soldados han fallecido en los dos frentes. Por primera vez en la humanidad se bombardean ciudades y se usan gases nocivos para matar a cualquier ser vivo. Pues bien, como todo el mundo sabe hay una semana donde los corazones y el espíritu de la gente se vuelven más sensibles, aparcan el dolor, el sufrimiento y el egoísmo del hombre para intentar corregir las malas actuaciones y pasar unos días llenos de felicidad entre los seres queridos, en efecto la NAVIDAD es un pequeño halo de luz cada año que intenta hacer de la Tierra un lugar más feliz.
 
Pero la historia siempre depara sorpresas y curiosidad que muchas vecescuesta entender cuánto de humano hay en el hombre. En medio de las trincheras, del frío, de las balas y los compañeros muerto. Algo surgió entre los soldados ingleses y prusianos, de repente en medio de la Navidad surgió una tregua, un pacto, un armisticio no oficial entre soldados. La tierra de nadie se convirtió en tierra de todos, ambos ejércitos pudieron recoger sus caídos, se intercambiaron regalos e incluso hay fuente que indican que se celebraron partidos de fútbol. Poco a poco este armisticio se fue extendiendo, parecía que los solados estaban cansados de luchar por algo que no entendían, querían descansar y volver a sus hogares con sus respectivas familias.

Hasta ahí, una actitud noble y bella, ejemplo de cómo deberían actuar todos los hombres que luchan por un conflicto puramente basa en intereses económicos. Pero como no, había gente que no estaba de acuerdo con ese armistico, los oficiales de alto rango de ambas huestes disponieron toda la maquinaria necesaria para hacer olvidar a los soldados ese gesto tan contraproductivo para los intereses de los generales, así que empezaron a bombardear las trincheras a lo largo de los más de 700 kilómetros con la misma o más fuerza que antes de la navidad. Como dato curioso, los oficiales que estuvieron de acuerdo con dicha tregua fueron relevados de sus puestos y en más de un caso estuvieron en el punto de mira de un consejo de guerra.

Hubo un conato de pacto de navidad en 1916 que fue anulado aún más rápido. La decisión más ignominiosa de una de las batallas más crueles del mundo no dejó indiferente a nadie. Años más tarde fueron varios artistas los que hicieron su particular homenaje a un gesto tan bonito y tan macabro a la vez. El grupo Farm quiso dar homenaje a los jugadores de esos partidos de fútbol tan especiales.

1 comentario:

  1. Gran texto, un hecho muy importante que quedó en agua de borrajas. Una pena saber que estas cosas pasaron de verdad...

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